Señor de la vida,
hoy vengo ante Ti con el corazón agradecido,
porque mi padre Ramón ha despertado, ha hablado,
y eso es ya un milagro que llena nuestra alma de esperanza.
Gracias por sostenerlo en los momentos más oscuros,
por escuchar nuestras súplicas,
y por permitirnos verlo dar señales de vida.
Aún hay riesgo, lo sabemos,
pero también hay fe, amor y confianza en Ti.
Te pedimos, Señor, que completes su sanación,
que sigas fortaleciendo su cuerpo,
calmando su mente y renovando su espíritu.
Toca sus órganos, sus pensamientos, su respiración.
Aleja todo peligro, toda recaída,
y derrama tu paz sobre él y sobre toda la familia.
Queremos seguir celebrando su vida,
seguir escuchando su voz,
seguir teniéndolo con nosotros.
Te lo entregamos nuevamente,
con humildad, con amor y con la certeza
de que Tú estás obrando en su recuperación.
Amén.
Con fe, Isabel B. – miayotlan.com